Testimonios

Maternidad

Los derechos reproductivos de las trabajadoras del hogar se ven vulnerados con frecuencia debido a las precarias condiciones laborales, así como a la ausencia de prestaciones de seguridad social. En este sentido, el despido de las trabajadoras del hogar por estar embarazadas es una práctica frecuente, en ocasiones, se debe a que las personas empleadoras temen que el trabajo doméstico, que implica tareas pesadas y riesgosas para una mujer embarazada, afecte su salud o la del producto, aunque también puede deberse a la creencia de que serán menos eficientes o productivas.

‘‘Pues… ¿cómo le diría? sí y no, porque a lo mejor ya te limitas más de no hacer cosas pesadas, no subir escaleras… ya muy altas; pero pues la labor era lo mismo’’

 

‘‘Se podría decir que sí, pero ya cuando yo tenía entre 7 meses ya me mandaron a descansar’’

En un contexto donde las trabajadoras del hogar carecen de derechos laborales, como atención obstétrica y días de descanso antes y después del parto, son ellas quienes deben hacerse cargo de las implicaciones de cursar un embarazo.

‘‘Pues aprovechaba los fines de semana, para no estar pidiendo permiso también porque sabía que en esos días pues tenía que faltar, y ya busqué… bueno, tengo una hermana que fue la que me fue a cubrir esos días, cuando ya me iba a aliviar’’

 

‘‘No pedía permiso porque iba a las 7 de la mañana antes de ir a mi trabajo’’

 

‘‘Me regalaban ropita, la señora me dijo que no comprara nada, me dio la ropa que había dejado su hijo que es un año mayor que el mío’’

La mayoría de las trabajadoras del hogar, al no estar afiliadas al seguro social, no perciben un sueldo durante el tiempo que están inactivas. En casos relacionados con el nacimiento de un hijo o hija, las personas empleadoras no pagan a las trabajadoras del hogar el tiempo que están inactivas antes de regresar a su trabajo.

‘‘No, no me pagaban nada, como ora sí que me pidió que le mandara yo otra persona que fuera de confianza, me decía ella que fuera igual que yo, que no tomara lo que no era de ella y eso, entonces iba a ayudarla otra señora que yo le mandé’’

 

‘‘No, pero me esperaron a que regresara. La señora me dijo que podía llevar a mi hijo al trabajo, y lo llevé como dos veces. Había un cuarto de servicio, pero me dijo que el bebé mejor se quedara en su cama y ella misma lo acostaba allí. Lo dejé de llevar porque a mi pareja no le daba confianza que estuviera en otra casa y decía que era mejor que se quedará en la casa’’

Atención y cuidado de los hijos

Con frecuencia las trabajadoras del hogar no cuentan con  licencias de cuidado, estancias infantiles o guarderías que les permitan el cuidado de sus propios hijos e hijas. En consecuencia, el ejercicio de la maternidad o de otro tipo de cuidados se hace posible gracias al apoyo de las abuelas, las hijas mayores u otras personas de la familia a quienes se les delega la tarea de asumir actividades de crianza y cuidados, mientras ellas proveen los recursos necesarios para la subsistencia de sus hijos e hijas.

‘‘Lo dejé con mi suegra, traté de meterle un poco de fórmula; pues ahora sí que me da miedo en el transporte’’

 

‘‘La dejaba con ora sí que aquí con mi mamá y ella se quedaba con ella y ya de puro biberón’’

El acceso a condiciones laborales adecuadas para las personas trabajadoras del hogar no es un asunto discrecional, sino una obligación de las personas empleadoras y un derecho de las trabajadoras.